martes, 22 de julio de 2014

CREPÚSCULO

Bella Swan y Edward Cullen

Con su madre casada de nuevo, con un hombre con el que  Bella no se siente cómoda, ella decide regresar a Forks, el lugar que la vio crecer, junto a su padre, con el que comparte una distante pero estable relación. Un nuevo comienzo, nuevos amigos, nueva escuela, e inevitablemente un nuevo amor. Bella es extremadamente tímida, y solitaria, por lo que se abstiene de hablarle a las personas, evitando así situaciones incómodas; sin embargo su belleza hace que esto sea un poco difícil, y el primer día de clases hace amigos, y también conoce a los Cullen, quienes son descritos como chicos inalcanzables e increíblemente atractivos, no obstante, raros y alejados del entorno social. Bella se siente fascinada por uno de ellos, probablemente el más guapo, cuyo nombre se entera luego que es Edward. Como en un buen libro de amor, Edward se obsesiona con Bella, porque le llama peculiarmente la atención que no pueda descifrar su mente, y eso es una especialidad arraigada de él, por lo que el impedimento hace que esta chica le parezca aun más intrigante. Empiezan a hablar y a conocerse, y Bella continuamente se siente abrumada por sus sentimientos hacia Edward, pero más por el odio que éste parece demostrar al principio. Edward tiene y esconde un secreto, y Bella se da cuenta, descubre su naturaleza inhumana, pues es un vampiro, y por esta circunstancia Edward debe mantenerse alejado de ella, para no lastimarla, pero no quiere ni puede, por lo que se encuentran inmersos en una encrucijada repleta de amor que podría tener un desenlace fatal.









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